¿Sabías que… en los orígenes de la estación de Atocha solo la Casa Real podía utilizar la línea de tren? Fue el 9 de febrero de 1851 cuando se inauguró el denominado Embarcadero de Atocha que en ese momento solamente unía Madrid con Aranjuez a través de una vía de 49 kilómetros que estaba formado por un edificio sencillo, de madera, ubicado fuera de las murallas de Madrid. El día de la inauguración, se realizó un viaje, en medio de una gran multitud, de un extremo a otro de la línea, Madrid-Aranjuez cuyos pasajeros eran la reina Isabel II y su séquito. Fue todo un espectáculo al que acudió infinidad de gente y que los cronistas de la época relataron como algo épico.
Durante los primeros años del funcionamiento del embarcadero, Madrid empieza a crecer y se plantea un plan urbanístico diseñado para ensanchar la ciudad, es ahí cuando surge la unión ferroviaria Madrid-Alicante que finalizó el 15 de marzo de 1858. Años después se constituye la compañía Madrid-Zaragoza-Alicante (MZA), donde se unen por un lado los inversores de la línea Madrid-Zaragoza, con la del Marqués de Rioflorido que va desde Madrid-Alicante. Y ya se denomina Estación Central de Madrid.
Pero en 1864 se produce un incendio en la estación que destruye gran parte de su estructura y se debe renovar. Tras cinco años de preparación, las obras de la nueva Estación ya denominada de Atocha se inician en 1890. La estructura interna del vestíbulo permitía la circulación de dos mil personas en su interior. En ella se empleaban los servicios de venta de billetes, la facturación de equipajes, los servicios de telégrafos, correos, servicios médicos, policía, lampistería, caloríferos, despachos de jefe y subjefe de estación. Destaca entre los espacios interiores el denominado Salón Real que comprende tres habitaciones: vestíbulo, tocador y salón de espera decorado al estilo Luis XVI.
En 1968 surge la necesidad de conectar las estaciones en una red de cortas distancias, en lo que se denomina la Red de Cercanías, el área de transporte es exclusivo de la recién creada Comunidad de Madrid y en 1988 se pone en marcha la estación de Atocha-Cercanías.
Atocha destaca por su constante crecimiento que tiene un importante punto de inflexión en 1992 ya que debido a la llegada de la Alta Velocidad se crea la Atocha que conocemos hoy. La estación original se conservó y en su interior se construyó el vestíbulo que da acceso a las otras estaciones. En el vestíbulo se encuentra un jardín tropical que ocupa el lugar que anteriormente ocuparon vías y andenes. Este invernadero posee unas 7.200 plantas de 260 especies. En el frontal se ubican estanques, que a lo largo del fin del siglo XX, muchas personas han ido abandonando mascotas exóticas en el lugar de las plantas acuáticas, tales como tortugas de Florida, Tortugas de caparazón blando (Apalone spinifera), plecostomus y peces de colores, entre otros. Se dejaron en el vestíbulo espacios para venta de billetes de larga distancia, atención al viajero. Se fueron ubicando, con el tiempo, servicios de comida rápida, restaurantes y exposiciones temáticas itinerantes.
De esta forma, ahora existen dos estaciones, la de Puerta de Atocha que acoge a los trenes de alta velocidad y la mayoría de larga distancia y Atocha-Cercanías que es pasante gracias a los denominados popularmente túneles de la risa, y que acoge los trenes de Cercanías, Media Distancia y los de larga distancia pasantes. En el complejo se encuentra asimismo la estación del Metro de Madrid llamada Atocha Renfe.
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