El Rastro, ícono madrileño

Mercadillos, rastros o rastrillos hay muchos, pero El Rastro solo hay uno. El de Madrid.

El Rastro es un aglomerado de puestos ambulantes, objetos sorprendentes, ofertas a gritos y gente buscando chollos.  Es, en definitiva, un buen ejemplo de la esencia de Madrid: caos, desorden ordenado, desconcierto,  asombro  y un flechazo que te enamora de por vida.

Los orígenes del rastro se remontan al siglo XV, cuando los “ropavejeros” comenzaron su actividad comercial en la Calle de los Estudios.  A finales de este siglo, los mataderos y tenerías empezaron a instalarse en la zona. Por esta actividad se empezó a conocer la zona como “El Rastro”, haciendo este nombre referencia al rastro de sangre que dejaban las reses al ser degolladas para vender al por mayor. Así lo confirman autores como Cervantes en sus escritos.

Pero el Rastro es mucho Rastro como para que exista a diario, por eso es efímero. Solo se puede encontrar los domingos y días de fiesta. Su ubicación es un laberinto de calles donde da gusto perderse para encontrar objetos únicos. Desde los más absurdos hasta los más sorprendentes.

Pero para vivir realmente esta experiencia, debes conocer sus reglas. Por eso os dejamos algunos consejos prácticos para disfrutarlo al máximo.

–        En el Rastro encontrarás cualquier cosa. Y cuando decimos “cualquier cosa” sabemos de lo que hablamos: ropa nueva, de segunda mano, arte, literatura nueva y antigua, zapatos… pero también mucha basura. Cuidado, que no te den gato por liebre.

–        En casi ningún puesto tienen pago con tarjeta, por eso te recomendamos llevar efectivo.

–        El regateo es un arte. No pagues de primeras lo que te piden, siempre puedes tantear si es posible abaratar la pieza.

–        La aglomeración de gente hace que los carteristas se muevan en su salsa. Deja de ponerte la mochila en la espalda y controla tus pertenencias.

–        El Rastro madruga y te recomendamos que hagas lo mismo. Tendrás más tiempo para disfrutarlo y no sufrirás el tumulto de última hora.

–        Puedes encontrar diferentes “secciones” por calles, dependiendo de lo que estés buscando. En la plaza General Vara del Rey podrás encontrar objetos de segunda mano mientras que en la Plaza de Cascorro encontrarás artesanía.  Si anhelas algo en concreto, busca antes en qué calle puedes encontrarlo y evita dar vueltas.

–        Al Rastro se va sin prisas. Disfruta del paseo, no te estreses y recuerda que la costumbre ordena acabar el día de Rastro con un aperitivo en sus calles con unas buenas tapas.

También te advertimos que El Rastro, agota. Así que, recuerda: las puertas del Hotel Regente siempre estarán abiertas para que disfrutes de tu descanso en la mejor calle de Madrid: la Gran Vía.

FOTO: Mirador Madrid

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