El arte y la tradición del chocolate con churros madrileño

Con la llegada de otoño, una de las principales y más características tradiciones de Madrid: el chocolate con churros.

Cualquier excusa es buena: desayunar, merendar, picar, entrar en calor… Y aunque a día de hoy las churrerías se cuentan con los dedos de las manos, aún quedan algunas con esta delicioso manjar para todos los gustos: chocolate, café con leche, churros, porras…

Estas son algunas de las más conocidas (y ricas):

Churrería San Ginés (Pasadizo de San Ginés, 5)

El clásico, el típico, el de la Puerta del Sol. Cuenta con sedes en Japón, China, Colombia y México y dos en Madrid. Las colas en Navidad son eternas, pero al estar abierto las 24 horas los 365 días del año, siempre hay oportunidades para ir en otras franjas horarias sin tener que sufrirlas. Sirven más de 10.000 raciones al día y el secreto de su receta de chocolate es el mejor guardado.

 

Las Farolas (Mayor, 11)

Es una cadena con varios locales en el centro y algunas localidades de Madrid. Elaboran los churros con forma de lazo, de manera sencilla, siguiendo la receta de la casa. No tienen mucha grasa y los preparan diariamente de manera artesanal con ingredientes de calidad.

 

Chocolatería Valor (Postigo de San Martín, 7)

Esta mítica cafetería cuenta con cuatro acogedores locales en la capital, aunque el más popular es el que se encuentra en pleno corazón madrileño, en la calle Postigo de San Martín, a pocos pasos del mítico Cortylandia, uno de los epicentros de la Navidad madrileña. Cuenta con una larga carta donde destacan sus ocho tipos de chocolates, a los que llevan dedicándose más de cien años y a los que, hace 30, se unieron los churros, de elaboración artesanal con una masa esponjosa y sabrosa.

 

Churrería 1902 (San Martin, 2)

Cinco generaciones al pie del cañón dedicados en cuerpo y alma al arte del chocolate con churros. Los nuevos tiempos han hecho que su oferta contemple nuevas dietas y alergias alimentarias, y ofrecen churros con chocolate tanto para veganos como para celiacos. Sus churros y porras se distinguen por su alta calidad, siguiendo la receta de Don Florencio, la primera generación que en 1902 puso en marcha el negocio. Cuentan con otros productos típicos como los pestiños y sus torres de flores.

 

Churrería Milagros (Cardenal Silíceo, 3)

Abierto todos los días por la mañana, este obrador tradicional elabora sus productos artesanalmente y, al igual que otras churrerías, distribuyen a otros locales y particulares a domicilio. Aunque su local más popular está en prosperidad, cuenta con otros dos en Madrid capital.

 

Churrería Siglo XIX (Av. de la Albufera, 270)

Suele estar siempre hasta arriba, buena señal, pero el local es más grande de lo que parece y en una de las dos plantas seguro que encuentras sitio. También entregan a domicilio, pero nada como tomarse los churros en el ambiente de sus locales. Llevan más de 40 años en el negocio, por lo que han conseguido ganarse el cariño de aquellos que van en busca de churros largos y crujientes.

Chocolat (Santa María, 30)

Juan Alfonso, propietario del local, se encargará de que la atención sea la mejor y de que pruebes un chocolate totalmente artesanal, rico y espeso. Puedes acompañarlo de sus churros y porras, de gran calidad, que se elaboran diariamente en esta pequeña esquina del Barrio de Las Letras. Abierta desde 2003, ya se ha convertido en un referente de la zona.

 

Rocamar (Santa Engracia, 27)

Típico y antiguo local de Chamberí que lleva haciendo churros desde 1967. Son las 8 de la mañana y ya está todo listo para servir sus famosos churros y porras. Los churros crujientes y sin aceite, y las porras sabrosas y esponjosas. Además, cuentan con dos especialidades que rinden honor al barrio, los Chamberosquis, unos churros rectos y gorditos, y los Rechupetes, porras abiertas por la mitad, bañadas con un chorrito de aguardiente de hierbas y azucaradas. Toda una delicia para los más dulces.

 

Churrería 1883 (Espíritu Santo, 8)

La única churrería en Malasaña que ha sobrevivido, cuando llegaron a ser más de 10. Antes se limitaban a la distribución a empresas, pero como bien se dice “adaptarse o morir”. Así que, cuando decidieron abrirlo hace años al público, tuvieron una gran acogida entre los vecinos del barrio y los visitantes. Y es que, ¿a quién no le cuesta resistirse a unos buenos churros?.

 

Churrería La Andaluza (Calle de Hernani, 10)

En esta pequeña joya, fundada poco antes de la Guerra Civil, se amasan los productos a mano, aportando a sus churros y porras una mayor esponjosidad. Además, es de las de las pocas churrerías en Madrid que todavía hace y vende buñuelos caseros, cosa que hay que probar sí o sí. Su chocolate, hecho los el mejor cacao, tampoco puedes dejarlo pasar.

 

 

 

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